La mala, que es imposible superarla. Llevaba dos años sin ponerse la camiseta de España y daba por hecho que este verano tendría vacaciones. A priori, optar por el blanco y negro no es mala idea, camiseta españa pero si la de 1990 triunfaba era por el pegotazo de color que le ponía al siempre soso uniforme alemán. La buena, es que es difícil que salga mal ante un referente así.
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